jueves, 28 de noviembre de 2013

Las cosas para bebé son caras


La ropa para bebé es cara. Los culeros, los pañales (uno solo te puede costar hasta 200 CUP), las almohadas, la comida, los juguetes, las palanganas, los jabones, los imperdibles… para bebé son caros.

Y si a tus hormonas les da por ponerse majaderas y no tienes potencia para lactar descubrirás que el NAN es caro y tratarán de consolarte con historias de madres anteriores de que “eso es un invento de ahora, antes le dabas un poco de agua de arroz y después leche con maicena y no pasaba n’a”, pero se trata de tu hijo, al cual, por un problema involuntario y que carece de explicaciones mayores siempre querrás darle lo mejor. Pero el NAN es caro.

Las tiendas en divisa para bebé son caras (únicas donde puedes encontrar los productos que buscas). Mientras más pequeña es la ropa o menos material se utilice para confeccionar la suela del zapato, más caro será, en una manía constante de desafiar al intelecto buscando una explicación lógica que responda cómo algo tan diminuto y que se le quedará a tu bebé en no más de 3 o 4 meses puede ser tan excesivamente caro.


martes, 12 de noviembre de 2013

Urocultivo


“La parte más bonita es esa de los consultorios y los análisis”, dijo alguien en medio de tu consulta y tú lo miraste raro porque es raro que alguien cuerdo ande por ahí afirmando tales cosas, y luego cuando pasan los meses y descubres que siempre habrá algo que te irritará con más intensidad: pruebas que deben repetirse, renovar la dieta a los tres meses, persecuciones médicas… después de eso, solo después, aparece el urocultivo.

Te levantas temprano para estar entre las 20 primeras gestantes (más temprano si vives más lejos), llegas corriendo al hospital, pero no siempre logras evadir las últimas posiciones. Te secas el sudor, sacas la indicación del bolso, tomas agua.

Estás ya en el segundo trimestre y sabes lo que sucede, pero la primera vez que acudiste a este examen casi deliras cuando viste las condiciones en que debías hacerlo, a riesgo de que la propia muestra se contaminara. Con un pomo de agua yodada en una mano y en la otra uno esterilizado miraste al resto buscando respuestas. Te bastó seguir la fila de barrigas que se delineaba con rapidez hacia “el sitio”.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Colocando la mano asustadiza



No hay felicidad como esa de espantar los miedos que tiemblan en el piso de la casa colocando la mano asustadiza sobre el vientre y sentirlos: golpecitos tibios que quieren inventar con formas nuevas toda la verdad de mi figura.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Naturaleza muerta con baches

Edificios iguales que al alba / una y otra vez comienzan, / espejos ustorios que no veo / porque desde adentro el incendio se percibe / como un intento de morir organizado.

José Miguel


Del barrio he escrito hasta el cansancio. Es como el hijo pródigo sobre el cual nunca se deja de tener una mirada de esperanza.

Ya es bastante con que los coches cobren 2 pesos desde Pueblo Griffo hasta el Parque Villuendas y que las guaguas sean caso peliagudo, con que tengamos un policlínico fantasma que pocos servicios presta y al que al fin han empezado a remodelar amén de que estemos un buen tiempo sin asistencias médicas necesarias.

Las consultas de especialistas, por ejemplo, son un juego del gato y el ratón. El ginecólogo que me debía atender no lo conozco, tampoco al clínico, y justo el día que me tocaba turno para ultrasonido tuve que desplazarme (al igual que decenas de embarazadas) hacia la Cruz Roja en busca de la ecografía para conocer a mi hijo. Si estos galenos no podían asistir por cualquier tipo de problema, ¿por qué no garantizan un sustituto y evitan las molestias de quienes van continuamente en su captura sin encontrar explicaciones lógicas al desatino?


miércoles, 28 de agosto de 2013

Apagada en los faroles del sendero


 Animal caminó después de escuchar las historias junto al río. Sin pies entre el espeso bosque. Las sombras sobre su cuerpo atormentaron a los niños de la Comarca, pero nadie se atrevió a desenrredar las ventanas. Detrás, con sábanas en los cuerpos, aguardaron el evento. Los aullidos sobre las ramas, los frutos muertos, la luz apagada en los faroles del sendero.


Animal caminó, traicionado por ancestros con pieles otras que supieron enmascarar los propósitos.

Animal caminó sin pies sobre la tierra que aún recuerda su muerte como el único evento posible en la historia del pueblo.

viernes, 2 de agosto de 2013

El misterio del relojero

Ariel Barreiros. Foto: Kaloian
“...un hombre vale el largo del cordel que ataron desde Dios hasta su pobre espalda, y un hombre son los círculos más grandes que le salgan”.

Ariel Barreiros

Reparaba el tiempo en el silencio de alguna mesa. Aguada de Pasajeros era para él un oasis que negaba la existencia de otros desiertos y mantenía al relojero ocupado en manecillas durante y después de todas las estaciones.

Pero aprendió que ciertos misterios no son tan exactos como los mecanismos que impulsan péndulos, y encontró creaciones capaces de mover también el espacio de maneras diferentes y sonoras.

En 1990 surgieron las primeras canciones, quizá menos precisas, pero como fieles y antiguos jeroglíficos encerraban el enigma de sostener sobre sí la divinidad de una civilización.

Algunos lo catalogan como la voz más tierna de la trova cubana, y no les falta razón; otros, destacan un lirismo inigualable y fuerza poética en sus canciones, y de igual manera aciertan.

Ariel Barreiros es unos de los trovadores cubanos más relevantes, aunque la promoción y presentaciones en escenarios claves digan lo contrario. Es un buen amigo al que conocí, antes en canciones, y luego como el más simple de los mortales.

miércoles, 10 de julio de 2013

El vendedor de periódicos

Un señor arrastra periódicos, cadenciosamente. La nube de polvo hace inútil el reflejo de los carros vacíos. Todo es santo en la tierra del pecado. Concluyen las semanas como gatos suicidas y las noticias regresan, impúdicas y borrachas, de algún burdel conocido.

Una niña arrastra arcoíris que no tienen sombras en colores, sin ritmo visible. Se corta las trenzas de su abuela y las arroja en el lodazal de la casa. Pinta el vestido con barro, la piel, la muñeca de viento; se aleja, sin imaginar cuánto salvará en la distancia.

Las semillas de los hombres acaban, y los periódicos no atinaron nunca, ni avisaron a tiempo el holocausto.

viernes, 5 de julio de 2013

Laberinto que siempre comienza

 
“(...) Toda ventana abre a otra ventana,
para llegar a cada puerta
hay que vencer otras puertas más hostiles
donde, es verdad,
aprendemos a ser más generosos
y a endurecer de un golpe la mirada”.


José Miguel

El ruido despierta a mi madre que duerme junto a la ventana. La noche se humedece. Tanques pegados como plagas a las paredes del edificio que saben ayudar a las familias en los tiempos de escaso líquido y que producen bullicios incontrolables toda la madrugada. Molesto azote, molestos tanques.

Los vecinos se quejan. Mucho. La mayoría de las veces con razón: que si la basura pasa más tiempo desbordada que recogida, que si las filtraciones son por culpa de los “inteligentes que diseñaron estas cosas”, que si vivir en un edificio es lo peor que te puede suceder. Y si pelean por causas comunes, vociferando desde los balcones, incluso agrediendo a vecinos cuyos argumentos siempre tendrán su parte de lógica.


miércoles, 12 de junio de 2013

El puente del riachuelo sin búho

 
“De pie (...), estaba un hombre que miraba la rápida corriente de las aguas...”.

Ambrose Bierce

Cuando se disponen a bajar lo hacen rápido. Toman las cubetas y las sumergen en el riachuelo, que unos días suele estar más abundante para suerte de los recaudadores. Luego escalan hasta la superficie, chorreando el líquido, agarrándose de la pobre ladera, impulsándose con las hierbas infértiles o siendo ayudado por algún compañero. Ya en la cima, respiran profundo, por si no pudieron hacerlo allá abajo, y se marchan, gloriosos, con el líquido saltando de los envases.

Algunas tardes la fila de hombres crece con más frecuencia. Se les ve desde lejos. Conversan, mientras uno por uno descienden desde la carretera hasta desaparecer en los bajos de las aguas. Algunos montan bicicletas, otros llegan en carretones de caballo y los menos se marchan caminando con la mano tensada por la presión del peso de la cubeta. La fila disminuye a medida que avanzan las horas, al igual que el arroyo.


lunes, 3 de junio de 2013

Decadencia italiana


 “El ojo adquiere en esta ciudad una autonomía similar a la de la lágrima. La única diferencia es que no se separa del cuerpo, sino que lo subordina totalmente”.

J. Brodsky

1. La muerte en Venecia


Situado en las cosas innombrables está el camino que sigues, como si persiguieras algún blanco conejo que siempre se dispersa. Continúas. La ciudad espera demasiado mientras te escurres evitando explicaciones.

—Prefiero explicarme mis respuestas— piensas y colocas el pie sobre la cebra.

No has almorzado, pero hay poca plata que suene en la cartera. Dos pesos bastarán. La hamburguesa sobre el plato.


viernes, 24 de mayo de 2013

La paloma que escapa de la pólvora



El reflejo de la luz en el reflejo de tu cuerpo en la pared.

Un color rojo que esconde otro calor diseminado, y un color rojo que expande otro calor contraído.

Dos rostros incorporándose contra la infidelidad de unos segundos que a otros no proporcion calma.

Gira el fino olor del ventilador contra los dorsos, como la paloma que escapa de la pólvora y aún cae.

lunes, 6 de mayo de 2013

Tenga sexo, luego ríndase

Northrop Frye fue un teórico y crítico literario de origen canadiense. Su libro The Anatomy of Criticism (1957) es considerado uno de los más influyentes de la crítica de su tiempo. Para los estudios sobre literatura, atinadamente, Frye partió de una exploración de las necesidades básicas del ser humano, a las cuales incorpora en dos grupos de preocupaciones: las primarias y las secundarias.

Las primarias tienen que ver con el sexo, la comida, la propiedad y la libertad de movimiento; mientras que las segundas se refieren a las filiaciones religiosas, políticas e ideológicas. Frye cree, además, que los mitos fundamentales de la humanidad expresan angustias sobre las preocupaciones primarias.

Los desvelos y las ansias porque la vida no sea solo una marea de obstáculos que siempre regresan, se han mantenido efectivos a lo largo de la existencia de la humanidad. Ello ha sido motivo para brillantes creaciones literarias y reales pugnas por sobrevivir en un mundo, al parecer, diseñado en ocasiones para lo opuesto. Que exista un poco de paz en relación con dichas cuestiones es fundamental para no volverse unos desequilibrados antes de tiempo.


lunes, 29 de abril de 2013

Pétreo silencio redondea espacios

Pétreo silencio redondea espacios cabizbajos. Escriben de espaldas al mar, la marea no inunda cuando sube y si baja termina llevándose las disminuidas palabras que les dejaron para golpear contra el papel. La conspiración no sucede.

Monjes sin luz que escriben a la luz, ciegos que intentan contar historias a pupilas. Los sonidos contra el muro son pequeños instantes de visión, se distinguen con jorobas enormes sobre la mesa de escribir.

No detendrán la marcha, están demasiado acostumbrados a mentir a cambio de pan. Desatinada manera de sobrevivir. Sobre el cabello del último monje descansa, libidinosa, la anarquía.

lunes, 15 de abril de 2013

El círculo no es redondo

Los recuerdos acuden en ráfagas, unas veces más nítidas; pero continúan regresando a pesar de los años. Dicen que grité con todas mis fuerzas para conseguir la piedad de mi madre, pero las lágrimas y la cara roja no lograron que me sacaran de aquel lugar al que veía como el castigo más grande del mundo.

El círculo infantil apareció como un escarmiento. Supongo que me preguntaba, una y otra vez, si me había portado tan mal para merecer que mi mamá me dejara en un lugar que no quería estar. Pero las respuestas, a esa edad, no son lógicas. Entonces, por varios días, solo recordaba a mi madre alejándose y yo detrás de unas rejillas, llorando, sin poder hacer nada para escaparme.

No recuerdo con exactitud cómo pasó aquella marea de desagravios, cómo dejé de alterarme al extremo cuando me dejaban sola con unas educadoras que no conocía, y cómo cambió de color aquel sitio que dejé de entender como una terrible condena. De repente me encantaba el círculo, y que mi mamá me dejara lo más temprano posible, y que se fuera. ¡Loca mente la de los niños!


martes, 9 de abril de 2013

El indefenso campesino de la parábola kafkiana

Con Eduardo Heras León

  “Alguien tenía que haber calumniado a Josef K, pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo.”

El proceso, Franz Kafka

Todos habíamos fijado la vista en un punto no visible del aula. El silencio era intermitente. Esperábamos. La señora desenvuelta de la recepción nos dijo, la noche anterior, que “un profe, un tal Eduardo”, había pasado para comunicar que las clases comenzaban a las 9 de la mañana. Nosotros no lo habíamos visto. La mayoría nunca lo había hecho, razón que provocó rigidez en el saludo cuando apareció en 5ta Avenida esquina a 20, número 2002.

Heras León caminaba despacio, como si le pesara demasiado la historia. Correctamente vestido, carpeta en mano, paz restaurada en la sonrisa y un tono de voz capaz de calmar durante las tormentas. Y lo cierto fue que, durante las clases en meses sucesivos, creció muchísimo la amistad y el torrente de conocimientos literarios que nos regaló para que aprendiéramos, al menos, a ser mejores lectores.

Hace poco coincidí nuevamente con el profe, durante la feria del libro. Reunidos en la UNEAC de Santa Clara volvió a conversar sobre un tema que siempre le resultará difícil, y del cual ya nos había contado durante el curso: el Quinquenio Gris.


jueves, 28 de marzo de 2013

Nada serio ha dicho el buró


Entre los versos se diluye toda posibilidad de anolamía; y tú mirándome desde el lado oeste de la página, moviendo junto al viento ese juego de letras que nunca ha dicho nada serio. Nada serio ha dicho el buró donde escribo las notas y donde las entrego. Quien lee sabe —o advierto— las cosas ocultas de las cosas, pero aún así no lo decimos.

El trabalenguas absurdo no termina de trabar las lenguas que debiera. Yo me fugo contigo, a lugares comunes, donde la gente piense lo absurdo, en vez de evadir las causas genéricas de los baches, por ejemplo, o el color muerto que están teniendo las flores en este lado de la ciudad.

jueves, 21 de marzo de 2013

No quedarán pueblos en el mundo

Los montes de ayer se reflejan solo en el agua disecada; soles que no reparten luz en este lado del pueblo. Sombras de niños, niños de sombra que juegan, columpios que mece el viento, vacíos. Hojas secas arrastradas por huellas de pies desconocidos y una marea repartiendo sal en el borde de las aceras.

Todo fue nada después de amarnos. Despoblamos la ciudad con nuestros gritos y subió la tierra, herida y descompuesta, a mentir sobre la felicidad, allá bien lejos, donde poco importa qué dice un trozo inerme debajo del pavimento. Mudos. Hay mudos en el pueblo. Y yo sigo amándote, después de todas las tormentas.

No quedarán pueblos en el mundo.

lunes, 11 de marzo de 2013

Los náufragos también sobreviven entre las tablas

Sujetas bajo la casa. No se escuchan. Encima los libros y la sonrisa de un ángel que también da luz en el cuarto. Calma con serena tempestad todos los miedos. Creer en la adversidad es otra muestra de valor. No escribiré, se lee en una tabla roída. La marea ahogará la casa en algún siglo. Pero se salvará la decencia de no haber escrito.

Los náufragos también sobreviven entre las tablas.

También pueblan de esperanzas el vacío.

lunes, 18 de febrero de 2013

Secretos de guitarra

Rolo / Foto: Melissa
Rolo camina con guitarra en mano y el cabello desordenado por todas las calles de Cienfuegos. Parece no observar con detenimiento ninguna quebradura del camino o no prestar demasiada atención a los fenómenos que se descubren a su lado; pero nada más distanciado de la verdad.

Los que lo han escuchado cantar, pueden haberse preguntado, muchas veces, en qué parte del cuerpo esconde tanta voz grave contenida, y pueden nunca llegar a averiguarlo.

Cuando canta exorciza ataduras y es una voz libre que el viento dirige. Aprendió a conquistar espacios rasgando las cuerdas de su guitarra, aún cuando una partitura de solfeo le parezca tan ajena como un iglú a un indio del Amazonas.

Abandonó la realidad inmediata de un joven que en estos tiempos intenta solventar su vida con una economía básica y decidió arriesgarse, entregando todas las piezas, para llenar su futuro de y con música.

Atrevido casi por intuición, y aunque se dice tímido, conversa con la naturalidad de los viejos amigos y sin muchas pausas que den tiempo a digresiones. Sonríe a menudo y mira profundo hacia lugares que solo él conoce, pero te ofrece la confianza, y la curiosidad, de que emprendas también, alguna vez, ese destino.

Con apenas 24 años, Rolando (Rolo) Rivera, se ha convertido, aún como aficionado, en un protagonista dentro de la escasísima lista de cantautores jóvenes cienfuegueros.


jueves, 7 de febrero de 2013

Mi madre se retiró un día cualquiera del calendario

No solo admiro a mi madre por las razones elementales que todos —o casi— los hijos admiran a sus madres. No estoy contando la cuenta enrevesada que hace para llegar a fin de mes, ni la manera loca en que desbarata todos los cables de corriente para arreglar el fogón, ni cuando explota el breake de casa y hay un grito y debo bajar a conectarlo nuevamente y aprovechar para recoger todas las horquillas que se le han caído del cordel o cualquier otra cosa que se le ocurra en ese justo momento. Es un no dejarse vencer, ni en las situaciones más proclives a un derrumbamiento, lo que me hace pensar que esta mujer debiera figurar en algún libro de récords —como es probable que debieran aparecer muchas otras madres—.

Recuerdo a los problemas acechando y mi madre combatiendo bajo la lluvia contra ellos, a pesar del catarro y los truenos. Recuerdo que llegaran las contradicciones, desalientos, cambios… y ella siempre supo saltar sobre ellos como ojalá yo pueda hacerlo en un futuro no tan distante. Ella sabe el día exacto en que faltará la cebolla y el ingrediente secreto que hace de los espaguetis un manjar diferente.


viernes, 1 de febrero de 2013

La tabaquería


El día que cerraron la tabaquería Francisco estuvo mirando la ceremonia desde la acera de enfrente. Sellaron la puerta con un cartel amarillo y clausuraron las ventanas con vigas de madera a todo lo largo de las persianas. Pero aún él podía sentir el olor a tabaco mezclado con el cuerpo de las muchachas, aún se atrevió a cruzar la calle y le dio un golpe certero a uno de los hombres y se coló por la entrada trasera y durmió allí toda la noche. Al amanecer, cuando descubrieron que estaba forzado uno de los pórticos, entraron a revisar, pero estaba vacío, vacío como siempre lo estuvo después de cada jornada.

lunes, 28 de enero de 2013

Volver más puras las palabras de la tribu

Arturo Carrera
En la oscuridad encontró la más profunda intensidad de la luz, y cruzó con sus versos hacia una nueva dimensión del significado de las palabras. Arturo Carrera zarpó de Coronel Pringels una mañana de sus 18 años y, tiempo después, Buenos Aires asistiría a su nacimiento lírico como espectador celoso y estupefacto.

La tradición poética argentina encontró pronto un techo vanguardista en los poemas de Carrera. Su amistad con Alejandra Pizarnik y otros artistas contemporáneos potenció sus horizontes. Su primer libro, Escrito con un nictógrafo, contiene un disco compacto con lectura de Pizarnik y prólogo de Severo Sarduy; es un exponente puntual del neobarroco latinoamericano.

A su desempeño poético acompañan disímiles premios entre los que destacan: Premio de Poesía Hispanoamericana Festival de la Lira en Ecuador (2009) y Segundo Premio Nacional de Poesía (2011). Su obra ha sido traducida al portugués, italiano, francés, sueco e inglés y forma parte de numerosas antologías.

Junto al dramaturgo y poeta Emeterio Cerro creó el teatro de títeres ambulante El escándalo de la serpentina. De conjunto con Juan José Cambre, César Aira y Alfredo Prior, funda en el 2006 Estación Pringels en su pueblo natal; sitio que ha devenido posta poética, centro de traductores literarios y estéticas múltiples.

martes, 22 de enero de 2013

Una mujer lava ropa sucia

Una mujer lava ropa sucia en el borde de los guijarros. Las estrellas caen al río como peces desesperados. Nunca nadie ha reparado en averiguar de qué material están hechas las costuras de las ropas. El viento no sopla cuando debe, eso lo sabes. La señora no terminará nunca de golpear las telas contra las piedras. Vigila tú, por no ensuciar demasiado.

viernes, 18 de enero de 2013

La literatura es básicamente un oficio peligroso


  «Yo me alejo del tiempo no por temor
sino por impotencia, por la imposible complicidad
con el salitre que corroe la ciudad.»

Atilio Caballero

Cada palabra ocupa un sitio: único e inviolable. Las preguntas tienen la capacidad de rebatirse en laberintos que siempre ocultan las salidas y regresan de la mano de personajes que nos recuerdan a nosotros mismos. La ciudad vive en él, y a través de él se salva de las evasivas y los desencantos. Su prosa es espada que traduce claramente en la herida; su poesía, un punto de fuga cuando se pierde el tiempo de los imposibles.

Atilio Jorge Caballero Menéndez es el más notorio de los escritores cienfuegueros contemporáneos. Licenciado en Teatrología y Dramaturgia, por el Instituto Superior de Arte, y graduado de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en la especialidad de guión cinematográfico, ha obtenido numerosos premios tanto en Cuba como a nivel internacional. Tiene publicados más de una decena de libros —teatro, ensayo, poesía, novela, cuento, traducciones literarias— y ha sido antologado en disímiles publicaciones; reafirmando su versatilidad como escritor.

El galardón obtenido recientemente, Premio Alejo Carpentier, con el volumen de cuentos Rosso lombardo, figura como uno de los más representativos dentro de su carrera.


lunes, 7 de enero de 2013

Con gritos de luciérnagas

Tu silueta no dibuja arabescos conocidos, ni se esconde entre las sábanas cuando el viento golpea, gracioso, en la ventana. La vida afuera es tan diminuta, tan torpe, que todos suspiran sin saber por qué, que todos ríen sin escuchar cómo les revienta el eco por dentro. Duermes mientras barro la casa despacio y despiertas con el café o con el ruido insistente del panadero en el parque. Escuchas las voces de los niños y te robas algún detalle de esta habitación roída por las lluvias. Nada sobrevive a las paredes amarillas sino despiertas. Todo es tan apuesto, amor, tan APUESTO, que prefiero lustrar las losas donde colocaremos, más tarde, los senderos con gritos de luciérnagas.