martes, 24 de abril de 2012

La espera

Te abrazaré cuando llegues, me prenderé de ti como si fuera yo un asesino y tú la víctima solitaria en el pasillo oscuro. No pretendo soltarte aunque supliques, aunque los otros nos descubran, al amanecer, parados aún en el mismo sitio. Échale la culpa al tiempo, a esta manía de que las cosas nazcan en los lugares equivocados, a la hora en que nos conocimos después de haber esperado tantos siglos para mirarnos a los ojos (y ahora de todas maneras tenemos los pechos rotos), para tocarnos las manos, para leer nuestros cuerpos en las letras, para que pudiera yo escribir, por ejemplo: te abrazaré cuando llegues.

Las manos me sudan, como deben sudarle a los asesinos, estoy nerviosa, como los asesinos antes de arrancarles la muerte a sus vivos, estoy pensando en ti calculadamente, como piensan los asesinos. Estoy esperando a que me derribes la puerta, a que sueltes el maletín y asistas a la hora de tu ahorcamiento.

2 comentarios:

  1. Gracias por tus letras acertadas. Es bello tu escrito, justo lo que le quiero susurrar a mi amado, permíteme por favor pasárselo!!

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    1. Yaima: gracias a ti, por leer, por comentar... y si es justo eso lo que quieres susurrarle pues claro que te lo regalo, adelante!!!. Un besi.

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